"El hombre busca la verdad en las cosas, es su naturaleza"
Powered By Blogger

domingo, 12 de diciembre de 2010

El "yo" en periodismo


  Parecen sugerirlo así las normas que prohiben los coloquialismos, el estilo del lenguaje hablado, el uso del yo y, desde luego, la opinión personal. En lugar de eso, son de rigor el lenguaje neutro, las citas de fuentes y el uso de estrategias persuasivas como la descripción de los hechos en directo, el recurso a testigos cercanos y a representantes de la autoridad, el manejo de cifras y porcentajes: edades, fechas, hora de los hechos, peso, tamaño. Son juegos de cifras que sugieren una objetividad a toda prueba. Agrega Van Dijk, la utilización "de dispositivos estratégicos que relacionan la verdad y la credibilidad". Y enumera el uso selectivo de fuentes, modificaciones específicas en las relaciones de relevancia, perspectivas ideológicamente coherentes con la descripción de los sucesos, usos selectivos de personas e instituciones fiables, oficiales, bien conocidas y creíbles, cita de testigos oculares.

  Aparentemente en la práctica periodística se han acumulado demasiados recursos para disipar en el lector la sospecha de que el yo del periodista es el que impone una versión no objetiva y para consolidar la certeza de que, al desaparecer el yo, se puede tener la seguridad de una información objetiva. Sin embargo, anota Tuchmann, "las citas son la protección del reportero contra la calumnia y el libelo, y la ilusión retórica de fidelidad encuentra aquí su correlato social en la veracidad de la representación". En efecto, todos esos recursos al servicio de la objetividad, de hecho no crean objetividad sino una ilusión de objetividad, porque es posible aparentar impersonalidad, manejar fuentes, manipular cifras y porcentajes y convertir todas esas tácticas en simples coartadas. 




Subjetividades rampantes 

  Esa ilusión de objetividad desaparece cuando intervienen las inevitables tomas de posición, implicadas en la decisión entre varios hechos que pueden ser convertidos en noticia: ¿cuáles se cubren y cuáles se silencian? Al optar por un determinado hecho, viene un segundo paso: las fuentes que se consultaron: ¿por qué esas y no otras? Se repite el fenómeno cuando el periodista utiliza el material proporcionado por las fuentes, porque debe seleccionar unas partes y descartar otras: ¿con qué criterio se  hace la selección? Y las decisiones continúan al preferir un enfoque a otros, al titular, al subtitular, al diagramar, al ilustrar. En todas estas etapas se mantiene vivo el riesgo de que las posiciones subjetivas impidan la objetividad.

   Victoria Camps formula reflexiones que seguramente han pasado ya por la cabeza de los periodistas sometidos a esa dualidad de sentirse obligados a ser o parecer objetivos y de decidir en cada uno de los pasos de la elaboración de una noticia, entre su subjetividad y el mandato de la objetividad. Dice la filósofa española: "informar no es tan distinto de opinar, o por lo menos, interpretar. Decidir cuál ha de ser el objeto de la información es dar una opinión. Decidir la forma -la extensión, la imagen- que debe tener la información, es manipular la  realidad". Porque, agrega Camps "no se informa sólo por informar. El informador elige una información y elige, a su vez, el público al que la dirige. Nadie habla en el vacío". 






No hay comentarios:

Publicar un comentario